A principios de la década del 2000, los ingenieros de Compair y de la empresa Cummins iniciaron una colaboración, para crear el compresor más eficiente en cuanto ahorro de combustible. En principio, los ingenieros dieron con una solución sencilla; colocar un segundo turbo en la máquina, pero este turbo alimentaría la aspiración del compresor. Todos conocemos el turbo de los motores de combustión, que aprovechan los gases de escape.

Hemos conseguido que el compresor no aspire aire directo de la atmósfera (1bar), sino que lo aspire a través de este segundo turbo casi a 2 bares. Con ello conseguimos equipar al equipo de un motor más ligero que nos implica un importante ahorro de gas-oil y además un peso en conjunto, que nos permite hacer remolcable el equipo, siendo el único del mercado que puede cumplirlo.

 Teniendo en cuenta que a lo largo de la vida de un compresor portátil el mayor gasto es combustible en un porcentaje de ahorro importante,  algunos modelos pueden llegar a 6-7 l/h respecto a un compresor de las mismas características de la competencia.